Tus ganas contagian mi ser, tus vivencias enriquecen mi alma... el tiempo tan solo se detiene para mirarnos y sonreír. El viento se hace presente con un aroma que envuelve la brisa de mar y las carcajadas le dan melodía a aquellos silencios incómodos.
Volar no es el problema, dejar de hacerlo sería el dilema y cuándo comienza ese frío que cala los huesos, sabemos que es hora de correr en el mismo camino, con diferentes objetivos, con diferentes finales.
No fue el momento antes, tampoco lo es ahora y estamos de acuerdo sin preguntar y sin responder.